sábado, 6 de noviembre de 2010

Relojes en el tiempo

Desde la prehistoria el hombre a intentado medir el tiempo. Nos quedan restos de ingenios  que se construyeron con la intención de marcar momentos importantes al coincidir la alineación de diversos astros con megalitos u otras construcciones.
El ingenio poco a poco proporcionó otros instrumentos que eran capaces de medir el tiempo en periodos cada vez más cortos hasta poder calcular la duración del día y la noche así como su transcurso.
Para ello los egipcios levantaron obeliscos con cuya sombra calculaban el tiempo. El siguiente paso sería la creación de un mecanismo que no implicara la necesidad de basarse en los astros, que imposibilitaban los cálculos nocturnos y en muchas circunstancias meteorológicas adversas. Y así surgieron los relojes de agua o clepsidra (que consistían en recipientes de agua regulados que dejaban escapar el líquido) y posteriormente los de arena.
Los relojes tal y como los conocemos hoy en día, instrumentos con agujas que avanzan marcando las horas gracias a un mecanismo, aparecieron hace varios siglos. En un principio y durante mucho tiempo la fuerza que proporcionaba el movimiento a esos mecanismos la producía un peso que colgaba. Se conserva un ejemplo de esos primitivos relojes en el palacio de Carlos V en París, donde se encuentra un reloj fabricado en 1364.
En 1675 Huygens introdujo la espiral que junto a otras mejoras en el sistema de escape, oscilador y nuevos materiales dio lugar primero a los relojes portátiles y posteriormente a los actuales relojes de pulsera.
Básicamente serán estos últimos a los que hagamos referencia en el blog. Intentando hacer un recorrido desde los primeros relojes mecánicos hasta los actuales de cuarzo.

1 comentario:

  1. Muy interesante, creo que puedes conseguir hacer un buen blog. Se nota tu capacidad didáctica para explicar la historia de la relojería
    Un saludo

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